Puerto de la Cruz, anidado en la costa norte de Tenerife, emerge como un tesoro turístico donde la historia, la naturaleza y la cultura danzan en armonía. Sus calles empedradas, plazas encantadoras y paisajes impresionantes ofrecen un escenario ideal para aquellos que buscan sumergirse en la esencia de las Islas Canarias. Ven a descubrirlo y alójate en nuestro Hotel AF Valle Orotava en pleno Puerto de la Cruz, desde donde tendrás acceso a todos los rincones más emblemáticos de esta ciudad costera.
Lago Martiánez.
Creación magistral de César Manrique, se erige como un oasis que fusiona el ocio y la cultura. Sus piscinas salpicadas de arte, esculturas y jardines exuberantes ofrecen a los visitantes un remanso de serenidad y diversión.
Además, el Lago Martiánez acoge eventos culturales y actividades acuáticas, convirtiéndose en un espacio donde locales y turistas disfrutan de la vida junto al mar en Puerto de la Cruz.
Jardín Botánico.
Explorarlo es sumergirse en un viaje por la flora mundial. Con una historia rica y una colección de especies asombrosa, este oasis verde se convierte en un paseo educativo y contemplativo. Entre palmeras centenarias, orquídeas exóticas y árboles endémicos, los visitantes pueden aprender sobre la biodiversidad de Canarias mientras disfrutan de un entorno natural único.
Castillo San Felipe y Playa Jardín.
La historia del castillo se entrelaza con los encantos de Playa Jardín, donde la arquitectura militar y la belleza natural convergen. Un lugar donde el pasado se encuentra con la serenidad del mar.
Playa Jardín, diseñada por César Manrique, combina jardines, cascadas y áreas de descanso, ofreciendo un espacio perfecto para relajarse y contemplar los atardeceres típicos de Puerto de la Cruz.
Plaza del Charco.
Se erige como el corazón social de la ciudad, con sus animadas actividades y un ambiente que captura la autenticidad local. Cafeterías, terrazas y mercados se mezclan con la arquitectura histórica, haciendo de este lugar un punto de encuentro imprescindible para disfrutar de la vida cotidiana y la hospitalidad canaria.
La Playa Martiánez.
Con su arena negra distintiva, invita a los amantes del surf a sumergirse en las olas del Atlántico. Un rincón donde la adrenalina y la naturaleza se funden en una experiencia única. La playa es ideal para caminatas, deportes acuáticos y contemplar el horizonte mientras se disfruta del clima privilegiado de Puerto de la Cruz.
Iglesia de la Peña de Francia.
La majestuosidad de esta iglesia se despliega con su arquitectura imponente y su interior impregnado de arte religioso. Un lugar que evoca espiritualidad y admiración, y que refleja parte del patrimonio histórico y cultural de Puerto de la Cruz.
La Ermita de San Telmo
Junto con la playa que la abraza ofrecen un encanto natural inigualable. Un rincón donde la espiritualidad se encuentra con la belleza del océano, creando un espacio perfecto para la reflexión y la fotografía.
El Barrio de la Ranilla
Testigo de la evolución de Puerto de la Cruz, se tiñe con arte callejero y tradiciones locales. Un lugar donde cada calle cuenta una historia y cada mural es una expresión de la identidad canaria. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de pequeñas galerías, talleres artesanales y locales de gastronomía típica.
El Mirador de La Paz
Regala vistas panorámicas que capturan la esencia de la ciudad. Desde aquí, los visitantes pueden contemplar la interconexión de la arquitectura histórica y los paisajes naturales.
Puerto de la Cruz es mucho más que un destino turístico, es un mosaico de experiencias que invitan a explorar la historia, la naturaleza y la cultura. Sumérgete en sus encantos, disfruta de cada rincón y deja que esta ciudad canaria te envuelva con su autenticidad y belleza única.
¡Puerto de la Cruz espera para revelarte sus secretos!